La estimulación cognitiva es un conjunto de técnicas y estrategias cuyo objetivo es mejorar, potenciar o mantener las capacidades cognitivas. Dentro de las capacidades cognitivas más elementales podemos señalar: orientación, atención, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas, gnosias, praxias y habilidades visoespaciales. Ninguna de ellas actúa por sí sola, por lo que en la estimulación estaremos trabajando más de una a la vez.
En cuanto a qué colectivo va dirigida, la estimulación cognitiva no solo puede beneficiar a las personas mayores o personas con deterioro cognitivo. Esta se puede dividir en entrenamiento cognitivo y rehabilitación cognitiva. Cuando hablamos de entrenamiento cognitivo nos referimos al trabajo que hace un estudiante, profesionales o deportistas, los cuales intentan aumentar al máximo estas capacidades, mientras que al hablar de rehabilitación cognitiva hacemos referencia a mejorar o evitar mayor pérdida de las habilidades cognitivas afectadas en personas con algún tipo de deterioro.
Por otro lado, estas técnicas y estrategias se basan en los procesos neurobiológicos de plasticidad cerebral, es decir, generar nuevas conexiones sinápticas y así, adquirir habilidades; y en la reserva cognitiva, que se trata de la capacidad del cerebro para compensar el deterioro, lo cual se traduce a mayor actividad cerebral (mayor estimulación) mayor reserva cognitiva. Al igual que podemos aumentar las conexiones cerebrales también existen factores que aceleran la pérdida de neuronas, ejemplos de ellos son: ausencia de actividad física y mental, consumo de alcohol y drogas, tabaquismo, dieta desequilibrada, estrés, insomnio, padecer ciertas enfermedades como diabetes o hipertensión, entre otros.
Existe diversidad de técnicas para trabajar las capacidades cognitivas, algunas de las que utilizamos en nuestra práctica habitual son técnica de orientación a la realidad, terapia de reminiscencia (evocar recuerdos a partir diferentes recursos), musicoterapia, arteterapia, laborterapia, actividades de ocio y tiempo libre, cuadernos de estimulación cognitiva, juegos de entrenamiento cerebral en dispositivos electrónicos, actividades/dinámicas grupales, actividades multitarea o duales como es el dualebike que se basa en pedalear mientras se juega a una partida de cartas, por lo que ponemos en práctica nuestra atención dividida y funciones ejecutivas, entre otras capacidades, a la vez que realizamos ejercicio físico.
En nuestras actividades de la vida diaria o en el domicilio también ponemos a prueba nuestras capacidades cognitivas constantemente. Algunos consejos para trabajarlas en casa son buscar actividades retadoras, realizar ligeros cambios de rutinas como por ejemplo intentar ir a un sitio conocido por un camino diferente al habitual (solo en personas con ausencia de deterioro o muy ligero deterioro), continuar aprendiendo cosas nuevas de nuestro interés (un idioma nuevo, geográfica, cultura, historia…), participar en juegos de mesa con otras personas, mantener la lecto-escritura, realizar pasatiempos, potenciar y mantener actividades significativas (aficiones), evocar recuerdos mediante fotos, música, lugares…
La estimulación cognitiva, como cualquier intervención, debe tener en cuenta a la persona que va dirigida teniendo en cuenta aficiones, intereses, sus actividades diarias y sus capacidades.